Por Huesini
Lo más importante sin duda alguna, fue el reencontrarme con la música de una época llena de utopías, de ideales y diversificación que por alguna razón había dejado de lado sin apreciar en su real dimensión por estar inmerso en el post punk, new wave y géneros surgidos en la primera mitad de los ochentas.
Un retorno al pasado vía la amplitud modulada en un espacio de existencia relativamente corta en donde se sucedía toda aquella música que cimentó los inicios y que revalore nuevamente. Dylan, Los Doors, Los Yardbirds, Grateful Dead, Cream, The Who, Jefferson Airplane, Janis Joplin, Los Rolling Stones, The Kinks, Eric Burdon & The Animals, Pink Floyd, Jimmy Hendrix, por mencionar solo algunos.
Folk, Psicodelia, Rhythm and Blues, Soul, Country, el Rock fusionándose y ampliando los caminos en donde se anticipaba el ritmo de los tiempos venideros, de cambios constantes y que llevarían al Rock a expandirse de maneras insospechadas. Pero obviamente neófito en el asunto y reducido a solo conocer de aquel tiempo a Los Beatles que son y seguirán siendo mi punto de partida, las tardes eran la parte del día preferida para tumbarme en la cama e iniciar la travesía.
El dial en el 590 y presto a expandir el conocimiento, a extender la conciencia. Algunas veces Pontones es quien funge como guía en esas expediciones vespertinas. El legado de Alicia aquí sigue, se mantiene vigente a pesar del tiempo, a pesar de que las tardes ya no sean las mismas.
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